El teatro con títeres de la DIVRI le brindó a Miguel una segunda oportunidad para ser feliz

El miquito y el abuelito son los personajes de teatro que más recuerda con cariño Miguel en sus dos años que lleva asistiendo a la Dirección de Veteranos y Rehabilitación Inclusiva, DIVRI. Sin embargo, él a sus 64 años se le mide no sólo a actuar, sino que también baila y canta. 

Miguel Rodríguez hace parte del equipo de danza inclusiva, del grupo de Rehabilitación de la DIVRI, integrado por 18 hijos de miembros o veteranos de la Fuerza Pública con discapacidad, y que ha incursionado en varios escenarios culturales, como el teatro, la danza y hasta un reality, en el que cada uno de sus participantes hacía una muestra artística que lo identificara. 

Miguelito, como es conocido en la DIVRI y quien tiene una discapacidad cognitiva, es despierto, feliz, bastante activo, amiguero; es un niño en el cuerpo de un adulto, tal como lo describe su hermana Carmen, quien es su cuidadora. 

“Yo soy muy contento participando en estas obras de teatro. A mis compañeros los quiero mucho. La doctora Lina me ha enseñado cómo hacer el papel de abuelito, y ella también me ha enseñado muchas cosas sobre danza. El papel que más recuerdo es el de abuelito, pero también me gusta mucho la danza, la música, toco la guitarra y la flauta, y también me encanta cantar y dibujar”, dijo.

Integrantes de la obra Mi mundo y yo, hijos con discapacidad de miembros o veteranos de la Fuerza Pública.

Actualmente Miguel sale de gira en Bogotá con la obra de títeres Mi mundo y yo, creada y dirigida por funcionarios del programa de habilidades sociales y comunicativas de la DIVRI, en la que se narra los peligros de descuidar y dejar solo a los niños. Ahí Miguel tiene el papel del abuelito del protagonista. 

Sin embargo, Miguel a finales del 2022 vivió tal vez el momento más doloroso de su vida, al fallecer su madre, “sin embargo, cuando mi mamá murió me dio un vacío muy grande, pero la doctora Lina me ha aconsejado”. 

“Este proceso ha sido muy bonito para él, pues hace poco mi mamá falleció, y en la DIVRI le dieron mucho apoyo y ayuda. Miguel es una persona muy activa, es muy alegre, extrovertido, él no ve la dimensión de los problemas.”, manifestó Carmen, su hermana. 

“Yo vine con Miguel a la DIVRI en el 2021, porque una psicóloga de la Armada me recomendó que viniera. Nos atendieron muy bien, yo estoy muy agradecida con los funcionarios, pues me he dado cuenta que son excelentes personas los que trabajan acá, con muy bonitos valores humanos, viven pendientes de todos los muchachos, y además muy profesionales en su trabajo”, indicó. 

No obstante, Carmen reveló que al principio pensó que su hermano no iba a poder con el reto de actuar. “Yo al principio pensé que Miguel no iba poder actuar, ya que su memoria no le ayudaba mucho, pero la constante estimulación y ayuda de los funcionarios le ha servido bastante, y le gusta demasiado”, aseguró. 

En lo que sí está segura Carmen es que desde que Miguel ingresó a la DIVRI, ha tenido enormes cambios positivos. “El cambio que ha tenido Miguel desde que ingresó a la DIVRI, ha sido muy favorable, pues anteriormente él se la pasaba muy encerrado en su casa, ya que mi mami casi no lo dejaba salir, pero acá se ha vuelto mucho más despierto”.