El veterano a quien su discapacidad lo impulsó a realizar 3 maestrías

Última actualización: jueves, diciembre 07 de 2023
WhatsApp-Image-2023-11-23-at-10-42-03-AM.jpeg

Sin duda Alfonso Rodríguez Moreno lleva acumuladas decenas de miles de horas dedicadas al estudio, y quiere seguir. Lo más llamativo de su caso es que lo hace a pesar de las secuelas visuales y auditivas que le dejó un atentado en los Montes de María, cuando realizaba patrullajes en esa zona del Caribe colombiano como oficial del Ejército Nacional, hace ya varios años.

El golpe psicológico fue tal, al quedar limitado en una silla de ruedas, que el estudio y la lectura fue su mejor terapia. Desde ese momento, su vida no volvería a ser igual.

“Cuando ocurrió mi accidente, con una mina antipersonal, en el Ejército me notificaron que me iban a reubicar para no estar al frente en las unidades de combate, y me pidieron que estudiara para tener nuevas competencias y hacer efectiva esa reubicación. Entonces tomé la decisión de estudiar derecho”, manifestó.

SIn embargo, el estudio para Alfonso, quien actualmente tiene 48 años, no sería nada fácil. “Al principio fue complejo, pues tengo discapacidad visual en uno de mis ojos, pérdida de la audición y también problemas de autoestima; pero afortunadamente tuve todo el apoyo de mis docentes. Fue un gran desafío mantener unas buenas notas y la beca hasta el final

(…) No obstante, todo esto me causó gran estrés, lo que desencadenó en depresión. Paradójicamente fue el estudio y la cátedra lo que ayudó aminorar esa situación, pues mantenía ocupada mi mente. Eso fue lo que me empujó a seguir estudiando”.

Rodríguez Moreno, quien se hizo abogado, indicó que todo esto significó un cambio total en su vida. “Fue reinventarme, pues había perdido el norte o la brújula en mi vida luego del accidente”. Actualmente tiene un Máster Business Administration, MBA, de la Universidad Sergio Arboleda y un pos MBA en Europa.

“Estar fuera del país fue muy revelador, pues compartí experiencias, aprendí en innovación, la resiliencia empresarial. Posteriormente, me radiqué una temporada en Estados Unidos, donde replanteé muchas cosas de mi vida. Regresé a Colombia y me otorgaron una beca para hacer una maestría en Derechos Humanos. No lo dudé en aceptarlo porque como viví la guerra y el conflicto de primera mano, en el fragor de los combates uno como militar comete varios errores”, señaló.

Según indicó, la mejor manera de seguir aportando a su institución “y mis compañeros, es con la aplicación y asesoría en Derechos Humanos”. Hoy día, Alfonso, quien es bogotano y apasionado por el futbol, los viajes y los superhéroes, es docente en la Escuela de Guerra del Ejército, en derecho operacional, y en la Universidad Militar Nueva Granada es profesor en la cátedra de Derecho Internacional Humanitario.

Actualmente combina sus estudios y cátedras con la natación. Vive en una finca en Junín, Cundinamarca, porque señala que le encanta la tranquilidad del campo. “La discapacidad no la siento actualmente como una limitación”, dice. Su meta a corto plazo es realizar un doctorado en geopolítica.

Volver
arriba