El veterano con discapacidad visual que previene hackeos en portal web transaccional

Con el pasar de los años, desde aquel fatídico 2006, Uriel Guatibonza ha desarrollado excepcionalmente sus sentidos del oído, el olfato y el tacto. De hecho, desde esa fecha en la que una explosión en los Montes de María, cuando se desempeñaba como oficial de la Armada, le arrebatara la visión, Uriel tiene una vida bastante activa, que va entre el deporte extremo, su trabajo y su familia.

Se considera una persona tranquila, echada para adelante, y sí que está en lo cierto, pues su resiliencia y ganas de superar su discapacidad, lo ha llevado a obtener grandes éxitos laborales y deportivos. Desde hace ocho años es la persona encargada de evitar ataques cibernéticos o hackeos al sitio web transaccional de Caja Honor, la Caja Promotora de Vivienda Militar y de Policía.

Sin embargo, nada fue fácil para Guatibonza. “Fue un poco duro al principio el trabajo, porque no creían a mí, desconocían el talento que tengo para ejercer mi oficio. Entonces me puse una meta, me instruí, tuve que leer manuales de aplicaciones en seguridad para dispositivos. Fui perseverante hasta que me nombraron de planta luego de pasar un filtro de cinco entrevistas, y hoy realizo escaneos y ethical hacking (simulaciones de ataques virtuales) al portal transaccional de todos los afiliados de Caja Honor”, señaló.

Para llegar al cargo donde está hoy, Uriel tuvo que estudiar no sólo manuales, sino realizar dos especializaciones, no sin antes culminar sus estudios de pregrado, recientemente. “Cuando yo estaba en la armada en el 2009, era técnico en software, solicité que me apoyaran en seguir mis estudios profesionales como ingeniero electrónico y de sistemas, además de dos especializaciones”, manifestó.

Otra de sus grandes pasiones es el deporte, el cual fue fortaleciendo durante su proceso de rehabilitación funcional. Hoy día es uno de los grandes referentes en el paratriatlón, donde combina las disciplinas de natación, atletismo y el ciclismo, en los que los practica con la ayuda de un guía, un cabo del Ejército, con quien hace una dupla que le ha traído reconocimiento y gloria.

“Se necesita tener una gran resistencia para desempeñar cada disciplina. En el atletismo se necesita una gran coordinación, porque si hay que girar es importante el guía, para que avise a tiempo si hay que girar o si vamos por una recta, por lo que es más difícil, para evitar lesiones. Él (guía) me va orientando, me va diciendo las indicaciones de vuelta a la derecha, a la izquierda, vamos en una recta y ahí uno hace una aerodinámica. Yo corro con una unión con el antebrazo y muñeca con la otra persona”, dijo Uriel.

En el ciclismo Guatibonza corre en la tándem bike, que es la cicla de dos puestos, especial para aquellos deportistas con discapacidad visual, y en la que también se necesita una buena coordinación con el guía, quien se ubica en la parte delantera. “En la natación quiero alcanzar la tranquilidad, en el ciclismo la velocidad y en el atletismo la libertad”.

“Mis días son bastantes movidos. De lunes a viernes a las tres de la mañana hago simulador una hora en cicla para mejorar la resistencia. Luego salgo a las cinco de la mañana para el trabajo, hasta la 4 de la tarde. Nado 50 minutos en la hora del almuerzo en el Club Militar, y cuando salgo del trabajo voy hacer gimnasio y en trotadora. Finalmente, los fines de semana hago recorridos con el guía, en cicla y atletismo”.

Uriel, quien practica el paratriatlón desde el 2018, tiene 48 años y dos hijos, un adolescente de once años y una pequeña de tres años. “Mi sueño es que mis hijos sigan por la senda del deporte, y me motiva que mi hija esté en la meta y me aliente cuando llegue al final de la competición”.

Desde hace algunos años recibe orientación y asistencia deportiva en la Dirección de Veteranos y Rehabilitación Inclusiva, DIVRI. Actualmente Guatibonza ocupa el tercer lugar en la lista de preclasificados de los Juegos Invictus, que se disputarán en el 2023 en Alemania.