El veterano que creó la finca de recreo amigable con la discapacidad

Andrés se baja de su vehículo, se adecúa en su silla de ruedas, y empieza a andar con bastante confianza en un suelo que no tiene obstáculos, acelera para dirigirse, como todas las semanas, a los árboles cerca de la casa quinta, y baja algunos mangos maduros.

Pero tal vez la parte más agradable para él, es cuando ingresa a la piscina, porque lo hace sin ayuda, para disfrutar del caliente sol que irradia en Ebéjico, Antioquia. Esta experiencia la vive Andrés Felipe Guerra, veterano de la Policía Nacional con discapacidad, una vez a la semana en El palmar de la renta, una finca recreativa que remodeló él mismo con espacios inclusivos, para hacer más agradable la estadía de personas que tienen movilidad reducida.

“El palmar de la renta, es un sitio de recreo, accesible para personas con cualquier discapacidad, pues tiene unos espacios muy amplios, no tiene escalones. La persona con discapacidad desde que llega va encontrar un parqueadero y baños bastante amplios, y en la piscina puede ingresar sólo. La finca también tiene zonas de juegos, piscina, barbiquiu, jacuzzi, zona de hamacas, salón social de eventos, zona verde para acampar”, señaló Guerra.

Pero, ¿de dónde surgió esta idea de crear la finca recreativa inclusiva?

Andrés ingresó a la Policía Nacional en el 2010, porque como dice él, siempre le gustó el servicio a la comunidad. Sin embargo, luego de haber sido trasladado al municipio de Argelia, Cauca, en un patrullaje, “un grupo armado ilegal nos emboscó y un explosivo me cayó en la espalda, afectándome la médula espinal, lo que me dejó una paraplejia”.

Sin embargo, la verdadera desazón vino después. “Nadie está preparado para adquirir una discapacidad. A mí me dieron dos opciones, quedarme postrado de por vida en una cama, o coger la silla de ruedas y luchar por mis sueños. Y aunque opté por esta última, la vida a uno le cambia un 100 por ciento, primero porque uno no tiene su casa adaptada para la movilidad reducida, segundo en la calle no hay espacios adecuados para el desplazamiento con una silla de ruedas.

(…) Sin embargo, estos obstáculos no me quitaron las ganas de vivir y soñar. Siempre me invitaban a fincas donde no podía entrar al baño, a la piscina, ya que tenía bastantes escalones. Entonces pensé que sería chévere tener un sitio de recreación donde uno dependa de una tercera persona. Pensando en esto, remodelé la finca de mi familia”.

No obstante, su interés por la discapacidad no se limita a estos espacios inclusivos en la finca de recreo. Andrés lleva ya dos períodos como concejal en su natal Ebéjico, desde donde se ha preocupado por el bienestar de otras personas en esta misma situación.

“Desde el concejo municipal he trabajado bastante por las personas con discapacidad, como con algunos subsidios económicos, y a través de un banco de fondos hemos ayudado con sillas de ruedas, bastones y demás”.

Actualmente Guerra cursa octavo semestre de administración pública, y su sueño a corto plazo es realizar una maestría en ciencia política.