El veterano que se inspiró en su mascota para crear empresa de desminado

Última actualización: jueves, abril 04 de 2024
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A Jaime Orlando Godoy de 52 años, coronel veterano del Ejército Nacional, le apasionan los animales, en especial los perros. Tanto es así que en su finca, en las afueras de Zipaquirá, Cundinamarca, tiene un criadero de pastores belgas Malinois, y además está buscando la posibilidad de abrir un centro canino para albergar perritos de la calle o abandonados.

Este cariño por los perritos lo inspiró a emprender, y actualmente está innovando en el tema del desminado humanitario. Se trata de Divocol, la primera empresa de desminado comercial en el país, y uno de sus componentes incluye a estos animales.

“Somos la única empresa que hace desminado a nivel nacional, ya que hay ONGs que también lo realizan, o el desminado militar que efectúa la Fuerza Pública. Este emprendimiento nació con una de nuestras perritas, Alfa, de raza pastor belga Malinoi, a quien la adopté en Medellín porque nadie la quería, pues era muy tímida. Empecé a entrenarla en mi apartamento en Bogotá, y me surgió la idea de la empresa, que complementé con mi experiencia como explosivista en el Ejército”, manifestó Godoy.

Divocol realiza desminado comercial en varias regiones de colombiana, como el Catatumbo, Antioquia, el Putumayo. “Allí hacemos desminado y acompañamiento al riesgo de minas a ingenieros, topógrafos, personas que manejan temas de medio ambiente, como las licencias ambientales, la mayoría de ellos, funcionarios y trabajadores de empresas de hidrocarburos”, dijo.

Jaime Orlando le da empleo a veteranos de la Fuerza Pública en esos sitios donde se realiza el desminado comercial. “Actualmente tenemos 30 veteranos del Ejército Nacional contratados, con acompañamiento de perritos entrenados en desminado”.

Respecto a este entrenamiento, el coronel veterano explicó cómo se realiza la pedagogía canina. “En una de las pistas bajo techo de su centro de entrenamiento canino, los perritos antiminas son entrenados para que se adapten a sonidos propios de zonas de enfrentamiento, como metralla y bombas, así como al olor de explosivos

(…) Estos entrenamientos, como el de la búsqueda y hallazgo de explosivos, se hacen a modo de juego con estímulo de pelotas pequeñas. Los perritos que son entrenados salen dos o tres veces al día, a las pistas de entrenamiento bajo techo y a cielo abierto”.

Una vez son entrenados y llegan al territorio donde hay indicios de minas,  “primero pasa el canino y luego el guía con detectores de minas de última generación, artefactos que detectan el metal que contiene el explosivo”. En su centro de entrenamiento canino, Jaime tiene seis perritos pastores belga.

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