“Valió la pena venir a la DIVRI, me quité un peso de encima”: Expolicía víctima del conflicto

Última actualización: viernes, diciembre 16 de 2022
Foto-jornada-acreditacio-n-vi-ctimas-1.jpg

En su rostro no se le notaba el cansancio después de un viaje por tierra de más de 16 horas, con pocas horas de sueño, sino más bien la tristeza de recordar los momentos más duros de su vida, pero a ratos también se le escapaba una que otra sonrisa por la satisfacción de haber sido escuchado.

Esos sentimientos agridulces los vivió Jairo Jaime Carrillo este jueves 15 de diciembre en la Dirección de Veteranos y Rehabilitación Inclusiva, DIVRI, durante la jornada de acreditación y orientación a miembros, veteranos y exintegrantes de la Fuerza Pública, al igual que sus familiares, que fueron víctimas del conflicto armado.

La jornada, liderada por la corporación Mil Víctimas, las Fuerzas Militares y Policía, se enfocó en recibir los testimonios de aquellas víctimas de desplazamiento forzado y minas antipersonal de las Farc.

“Unos amigos retirados de la Policía me avisaron sobre el tiempo de esta jornada, y como pude reuní todos los documentos, y con sacrificios cogí un bus desde Cúcuta para llegar a Bogotá, en un viaje de más de 16 horas”, señaló Carrillo.

Jairo Jaime Carrillo durante la jornada de orientación y acreditación de miembros, veteranos y exintegrantes de la Fuerza Pública, y familiares, como víctimas del conflicto armado.

Jairo Jaime estuvo 12 años y cuatro meses en la Policía Nacional como subintendente, y fue retirado de la institución por realizar un mal procedimiento, por lo que no obtuvo asignación de retiro ni pensión, y actualmente se dedica a la carpintería.

“Soy víctima dentro del conflicto armado por la emboscada del siete de diciembre de 1985, perpetrada por las Farc, donde fui herido con esquirlas de granada por las Farc, luego de desplazarnos desde el departamento de Córdoba hasta Antioquia, y en el Golfo de Urabá nos atacaron, resultando 13 compañeros muertos. Posteriormente, esa misma organización mató a mi esposa. Hasta el día de hoy no he podido olvidar ese momento tan doloroso”, narró Jairo, mientras su cara se descompone y llora. 

Sin embargo, al poco instante su semblante cambia, como gratitud de haberse liberado de una carga, y ya más tranquilo agradece al Gobierno la oportunidad de haber sido escuchado.

“Me voy contento, porque pensé que nunca me iban a escuchar después de tantos años, y aunque no tengo pensión, soy carpintero. Valió la pena venir hasta la DIVRI, porque me quité un peso de encima, y estoy feliz como si me hubieran dado la pensión”, afirmó.  

Volver
arriba